Para los argentinos, sin duda, el buen comer es casi un culto. La variedad y calidad de los alimentos que se producen en el país y la abundante riqueza de sus campos, hacen que la oferta gastronómica sea un motivo de encuentro y celebración.

Tras la fuerte influencia de los inmigrantes, italianos, españoles, franceses y países del medio oriente, sumados a las antiguas tradiciones de los pintorescos pueblos originarios, se afianzaron y popularizaron las comidas típicas de Argentina.

Comenzando por los desayunos, donde el café con leche o el té son acompañados con tostadas caseras, manteca y dulce de fruta, queso crema untable o croissants (medialunas); o a la criolla en las casas, donde el mate con bombilla o mate cocido (infusión de yerba mate y agua caliente) es a veces acompañado por bizcochitos o pan fresco con manteca y dulce de leche.

La carne argentina es el plato preferido por quienes nos visitan. Quienes hayan probado un jugoso bife de chorizo o asado de tira saben que resulta una inolvidable experiencia de placer.

Las empanadas son mundialmente reconocidas, y muchos han tenido la oportunidad de probarlas fuera de las fronteras argentinas, pero en su propia tierra tienen un sabor y presentación incomparable. En cada zona del país se prepara según su propio estilo, pero son las de carne cortada a cuchillo, de maíz (humita) y jamón y queso las que roban paladares.